2020/03/19

Sanos y en forma (4º de Primaria)


Queridas alumnas y alumnos de 4º de Primaria. Os propongo un trabajo para esta semana. Para hacerlo deberéis leer el contenido completo de esta entrada y ver todos los materiales enlazados. En una publicación posterior añadiré un Quizizz donde podréis poner a prueba cuánto habéis aprendido.

Como recordaréis, hace unas semanas explicamos en clase conceptos relacionados con la salud. La presentación que utilicé estaba en inglés. Si pincháis en la imagen de abajo podéis descargarla en español. A lo largo de la entrada se explican todos los contenidos que aparecen en las diapositivas.


Presentación sobre la salud
  
Pinchando en la imagen que sigue podéis descargaros la fotocopia que os repartí en clase, con el mapa conceptual de los contenidos de la unidad, la pirámide de la alimentación y la del ejercicio.



Mapa conceputal conceptos salud y pirámides alimentación y ejercicio


A continuación se explica el contenido de cada diapositiva. ¡Ánimo!


CONCEPTO DE SALUD
 
Tradicionalmente la salud se ha definido en contraposición al de enfermedad. Es decir, decíamos que estábamos sanos cuando no estábamos enfermos.

Actualmente tenemos un concepto más global de la salud. Entendemos la salud como el estado de total bienestar físico, mental y social que nos permite realizar con normalidad las tareas propias de nuestra edad.




¿DE QUÉ DEPENDE LA SALUD?

La salud depende de factores controlables y de factores no controlables.

Sobre los factores no controlables que influyen en nuestra salud, como el padecer una enfermedad de nacimiento o vivir en un lugar contaminado, es algo sobre lo que no podemos hacer nada o tenemos una capacidad de cambio limitada.

Desde el punto de vista de responsabilizarnos de nuestra salud los factores controlables son mucho más interesantes, pues con nuestras acciones podemos actuar sobre ellos. Fundamentalmente podemos influir sobre los factores controlables de la salud a través de nuestros hábitos, que son aquellas actividades que llevamos a cabo con cierta frecuencia.

En función de cómo afectan a la salud, podemos distinguir entre hábitos saludables y hábitos no saludables. Los hábitos saludables son aquellos que favorecen nuestra salud, mientras que los no saludables son aquellos que la perjudican.

Los hábitos saludables incluyen la alimentación saludable, la actividad física saludable, el descanso, los hábitos higiénicos y la atención médica.




ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Una alimentación saludable debe ser suficiente, variada, equilibrada, higiénica y satisfactoria.


Por alimentación suficiente entendemos que cada persona debe comer la cantidad de alimentos necesaria para cubrir sus necesidades de gasto de energía y crecimiento. Así, si alguien tiene un trabajo activo y/o hace mucho deporte, tendrá que consumir más eneregía que alguien que ejecuta un trabajo sedentario y apenas desarrolla actividad física. Los niños, además de la energía necesaria para las actividades que desarrollan, deben consumir un aporte extra para poder crecer y desarrollarse.


No solo tenemos que comer la cantidad que nos aporte la cantidad de energía que necesitamos, sino que además tenemos que realizar una alimentación variada, es decir, que incluya una gran diversidad de alimentos de origen vegetal y origen animal.




Pero no basta que con que comamos todo tipo de alimentos, sino que estos, además, deben tomarse en la proporción correcta, es decir, debemos tener una alimentación equilibrada. La alimentación equilibrada asegura la ingesta de todos los nutrientes necesarios, cada uno en su justa medida. Para ayudarnos a lograr una alimentación equilibrada contamos con la ayuda de la pirámide de la alimentación, que es una representación visual del número de raciones que debemos consumir de cada grupo de alimentos.

Pirámide de la alimentación saludable

Nuestra alimentación debe también ser higiénica. La higiene de los alimentos incluye su correcto transporte y conservación, su manipulación y la forma adecuada de cocinarlos. Debemos, por ejemplo, llevar rápido al congelador los alimentos congelados que compremos, preparar los alimentos en superficies y con utensilios limpios y cocinar bien la carne antes de comerla. La fecha de caducidad nos indica cuándo no podemos confiar en que un alimento esté en condiciones de ser consumido de forma segura, por lo que no lo haremos después de ella.


Por último, mientras se cuplan todas las condiciones anteriores, debemos pensar que la alimentación debe ser una fuente de placer, es decir, debe ser satisfactoria. Podemos por tanto adaptarla a nuestros gustos mientras sigamos cumpliendo con todas las otras condiciones para hacerla saludable. De todos modos, debemos educar nuestro paladar y estar abiertos a nuevas alternativas culinarias.



ACTIVIDAD FÍSICA SALUDABLE

Otro hábito que puede influir muy positivamente en nuestra salud es la actividad física saludable. Para que la actividad física sea saludable debe cuplir una serie de condiciones: debe ser adaptada, continuada, no competitiva y lúdica y social.


La actividad física adaptada es aquella que es adecuada para una persona en concreto teniendo en cuenta su edad, su estado de salud, su condición física y su nivel de habilidad. Por ejemplo, las personas jóvenes pueden y deben desarrollar actividades físicas vigorosas, mientras que las ancianas deben realizar actividades físicas más tranquilas. Así también, las personas sanas pueden ejercitarse con más intensidad que aquellas que sufren problemas de salud y las personas más fuertes y entrenadas deben competir contra otras de similares características, no contra personas que estén todavía al inicio del aprendizaje de un deporte o actividad.


Para que pueda surtir sus efectos, la actividad física debe ser continuada, es decir, realizarse con cierta frecuencia. Sesiones de ejercicio muy distanciadas entre sí no lograrán los objetivos de mejora de la salud que pretendemos.



La actividad física orientada hacia la salud es una actividad física no competitiva. Cuando se rebasa un nivel de competitividad determinado, la salud pasa a un segundo plano. La norma general es: cuanto más competición, menos salud. Los deportistas profesionales, por ejemplo, al depender económicamente de sus resultados competitivos, comprometen en ocasiones la salud. Así, llegan a veces a lesionarse y  en ocasiones entrenan y compiten sin estar completamente recuperados de estas lesiones. Las modificaciones extremas a que someten a sus cuerpos, a veces, también pueden ser negativas para su salud.



Por último, la actividad física saludable debe ser lúdica y social. Si disfrutamos de la actividad elegida y somos capaces de compartirla con otras personas es mucho más probable que demos continuidad a su práctica. El ejercicio físico en general y el deporte en particular deben proporcionarnos satisfacción, no debemos concebirlo como una obligación. Para ello debemos buscar aquellas actividades físicas a nuestro alcance que nos parezcan más divertidas para promocionar nuestra salud.



DESCANSO

Los hábitos de descanso son esenciales para la salud. Dentro de estos hábitos se encuentra el sueño y la recuperación entre actividades.

Dormir es esencial para nuestra salud. El sueño permite recuperarnos de las actividades del día, afianzar los aprendizajes y prepararnos para poder afrontar las actividades del día siguiente con energía. El sueño, además, es fundamental para nuestro crecimiento y desarrollo. ¡A nuestra edad debemos dormir entre 9 y 11 diarias!



Además de dormir suficiente, con un sueño de calidad, debemos considerar, en relación al descanso, los períodos de recuperación entre actividades intensas.

Así, tras un ejercicio intenso, que debemos finalizar con una vuelta a la calma adecuada (tareas más suaves, estiramientos, relajación, etc.), debemos descansar y beber mucha agua. También, a la hora de planificar las actividades físicas intensas a lo largo de la semana, debemos hacerlo dando tiempo a recuperarnos entre cada una de las sesiones. Será mejor por ejemplo salir a andar en bicicleta lunes, miércoles y viernes que lunes, martes y miércoles seguidos, por ejemplo. La acumulación de sesiones de ejercicio intensas sin una recuperación adecuada, al igual que una falta de continuidad su práctica, son perjudiciales para la salud.





HÁBITOS HIGIÉNICOS

Al hablar de higiene todos pensamos en la limpieza y el aseo, lo que es verdad. Sin embargo la palabra higiene abarca todos aquellas actividades y consideraciones que tienen por objeto mantener la salud y prevenir enfermedades. Algunos hábitos higiénicos importantes son la higiene corporal y la higiene postural.

La higiene corporal incluye la ducha, el cambio de ropa, el cepillado de los dientes y el lavado de manos.

Así, en función de nuestras necesidades, a nuestra edad, una buene higiene debe incluir de una a varias duchas a la semana. Una buena idea es ducharnos los días que hemos hecho actividades físicas más intensas y por lo tanto hemos sudado mucho. No es necesario ducharse todos los días y cuando nos duchemos debemos evitar agua muy caliente y abusar del uso de champús y geles. Una ducha corta (5-10 min) no solo es suficiente, sino que te permitirá ahorrar agua.



El cambio de ropa es otro aspecto importante de nuestra higiene. Mientras que debemos cambiarnos de ropa interior todos los días para lavarla, solo deberíamos  lavar el resto de la ropa cuando realmente esté sucia o huela mal, para evitar gastar agua inútilmente y generar aguas residuales.




El cepillado de los dientes contribuye a la salud de nuestros dientes (aparición de caries) y a nuestra salud en general, pues los problemas en nuestros dientes pueden afectar al resto del cuerpo. Lo ideal sería cepillarse siempre después de comer algo, pero en la práctica eso es muy difícil. Por ello trataremos de cepillarnos los dientes, al menos, después de las tres comidas principales (desayuno, comida y cena). El cepillado más importante es el que hacemos tras la cena, pues nos permitirá tener nuestros dientes limpios a lo largo de toda la noche, por lo que nunca debemos saltárnoslo.



El lavado de manos con agua y jabón es una de las medidas higiénicas más importantes que podemos llevar a cabo. Lavarnos las manos previene que contraigamos y transmitarnos a otros enfermedades, por lo que debemos hacerlo con frecuencia. Siempre debemos lavarnos las manos antes de comer y después de usar el baño.

La higiene postural hace referencia a la adopción de posturas adecuadas en las diferentes actividades de nuestra vida diaria. Las posturas correctas inciden sobre todo en la salud de nuestra columna vertebral, una parte fundamental en nuestro aparato locomotor.En líneas generales debemos mantener nuestra espalda recta estamos sentados, de pie o sentado. Al levantar pesos debemos flexionar las rodillas y elevar la carga con la espalda recta. Estos hábitos posturales nos permitirán preservar las curvaturas fisiológicas de una columna vertebral sana.




ATENCIÓN MÉDICA

La atención médica es esencial para la salud. Esta atención médica comprende la prevención y la curación.



La prevención en la atención médica es el conjunto de actividades e intervenciones que tienen por objeto evitar que aparezcan enfermedades y problemas de salud o que estos se agraven si están en sus momentos iniciales. La prevención incluye los chequeos médicos rutinarios, como los de control de crecimiento y desarrollo que se producen a lo largo de la infancia. Otra medida preventiva esencial son las vacunas, que evitan que desarrollemos enfermedades que pueden llegar a tener efectos terribles.

Las atenciones médicas de curación son aquellas que se desarrollan para tratar de restablecer nuestra salud cuando esta se ha visto alterada a consecuencia de una enfermedad o trauma.

Las enfermedades son alteraciones que deterioran nuestra salud a causa de factores internos o externos. Por ejemplo, cuando nuestras amigdalas (anginas) se inflaman por una infección causada por bacterias o virus, decimos que estamos enfermos de amigdalitis.

Los traumas son alteraciones de la salud que aparecen de forma súbita a causa de un accidente. Así, cuando nos caemos de la bicicleta y nos rompemos un hueso, somos atendidos por una doctora o doctor que se denomina traumatólogo.

Los médicos, atendienco a los síntomas de los pacientes (fiebre, dolor...) y realizando pruebas diagnósticas (análisis, radiografías...) prescriben a sus pacientes tratamientos, que pueden incluir tomar medicamentos. Así por ejemplo, para nuestro hueso roto tras la caída con la bicicleta, el traumatólo puede enyesarnos el miembro para evitar que lo movamos y recetarnos analgésicos para reducir el dolor.

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